
Integración y religión en la diáspora japonesa: el caso Perú
14 de Septiembre de 2016
El pasado martes 13 se realizó la segunda sesión del ciclo de charlas del CEA UC. En esta ocasión nuestra expositora, Isable Cabaña profesora de la Universidad de Santiago, nos habló del rol de la religión y la Iglesia durante la migración de japoneses hacia Perú y cómo este rol fue cambiando durante las décadas. […]

El pasado martes 13 se realizó la segunda sesión del ciclo de charlas del CEA UC. En esta ocasión nuestra expositora, Isable Cabaña profesora de la Universidad de Santiago, nos habló del rol de la religión y la Iglesia durante la migración de japoneses hacia Perú y cómo este rol fue cambiando durante las décadas.
Durante la primera ola migratoria (1899,1923), a raíz del período de la restauración Meiji en Japón, los inmigrantes japoneses a Perú huían de la hambruna y pobreza provocadas por la fuerte reforma económica. Sin el amparo del gobierno nipón ni el peruano, fueron los misioneros franceses en Perú quienes ayudaron a estos japoneses a través de la “asistencia” en hospitales y otras actividades. Dentro de estos misioneros destaca la figura de Sor Grancisca Gros, considerada la madre de los japoneses en Perú.
La incursión de los misionarios resultó muy importante si se tiene en cuenta que Perú era un país legalmente católico carente de una política de integración, lo cual lleva a una asimilación completa o la completa exclusión del sistema. En este contexto, los inmigrantes japoneses mantuvieron sus rasgos culturales barnizados con una capa de pragmatismo, lo cual los llevó a utilizar el catolicismo como un medio social, es decir, como un medio para entrar al sistema.
Con la Segunda Guerra Mundial, la situación para los japoneses residentes en latinoamérica se volvió más compleja. Entre los problemas que se citan se encuentra la persecución e incluso el envío de japoneses (residentes en Perú) a campos de concentración. Este período marca un quiebre en la conducta de los inmigrantes japoneses que, con tal de evitar la persecusión durante la guerra, entienden la necesidad de asimilarse a la sociedad peruana. Con esto en mente, surge una nueva generación criada en la fé católica y se funda la Iglesia Católica japonesa. Se cifra que el 95% de la segunda generación de japoneses en Perú se declaran católicos.
Con el boom económico de Japón en la década de los 80 y la posterior reformar migratoria japonesa, los descendientes de japoneses hasta la tercera generación tuvieron la oportunidad de volver al país de origen. A raíz de esto surge la figura de los nikkei chichas, inmigrantes peruanos a Japón que, con el afán de probar su ascendencia nipona, se sometían incluso a cirugías cosméticas para dar forma a sus ojos. Pese al intento de estos nikkei chichas por entrar en la sociedad japonesa, lo cierto es que estos migrantes eran más peruanos que japoneses y la asimilación no fue posible, resultando en el fracaso de la ley migratoria japonesa.
En palabras de Cabaña, el rol del catolicismo en cuanto a la migración japonesa en Perú es la misión por integrar a los inmigrantes, ofreciendo un espacio social que rescataba el aspecto étnico al tiempo que se prestaba como una herramienta para poder entrar al sistema peruano.
Agradecemos la asistencia de todos los presentes y en especial a nuestra expositora.